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COACHING EMPRESARIAL: Resiliencia en el trabajo

COACHING EMPRESARIAL: Resiliencia en el trabajo

Resiliencia en el trabajo

 

Por Pablo Echeandía Vanderghem

Coaching y Talento - Perú

www.coachingytalento.com

 

Los ingenieros analizan el comportamiento de los materiales cuando son sometidos a situaciones extremas tales como torsión, tracción, compresión, flexión, etc., en estos ensayos determinan qué tipo son los que no soportan las tensiones y se fracturan, pero principalmente establecen cuáles son los que sí resisten y vuelven a su forma original luego que ha finalizado el esfuerzo desestabilizador; en física, esta capacidad de volver al estado inicial luego que ha cesado la fuerza deformante se conoce como resiliencia.

Al igual que los materiales, las personas también estamos expuestas a experimentar diferentes fuerzas externas y acontecimientos desestabilizadores que ocasionan tensiones, dolor, enojo, tristezas, miedos, traumas. 

 

Así como en los materiales, hay personas que a pesar de haber experimentado estos acontecimientos, que en algunos casos pueden ser emocionalmente muy adversos, poseen la capacidad de levantarse y continuar proyectándose a futuro, como si el suceso negativo hubiera sido mas bien, un impulso para lograrlo. 

El origen de la palabra resiliencia tiene varios significados etimológicos, el que más aprecio es el que tiene que ver con “volver a saltar” ya que implica una actitud de no darse por vencido, de estar dispuesto a volver a intentarlo.

 

La productividad en las empresas está relacionada con el nivel de resiliencia de sus colaboradores, el estrés, los problemas familiares, los accidentes, la presión extrema de los jefes, el cometer errores, las deudas, la incertidumbre en la renovación de contratos de trabajo, la disminución de las ventas, los asuntos tributarios, los problemas legales, etc., son algunos ejemplos de acontecimientos o elementos desestabilizadores que ocasionan pérdida de concentración y gran disminución en la eficiencia y calidad de las labores llevando a que algunas personas se den por vencidas. 

 

Sin embargo, hay quienes desarrollan la capacidad de enfrentar adecuadamente estas situaciones, hacen frente a las adversidades e incluso sacan provecho del aprendizaje y crecen como personas y como profesionales, pero ¿qué hacer para lograrlo?

 

Las personas que desarrollan resiliencia poseen estas características:

 

• Son conscientes de que siempre podrán confiar en alguien, evitan el aislamiento personal. 

 

• Ejercitan la capacidad de pedir ayuda cuando la necesitan.

 

• Expresan sus estados de ánimo, por lo menos con la persona en quien confían, esto les ayuda a liberar tensiones internas.

 

• Aceptan que los límites, la disciplina, las normas, incluso las prohibiciones en la vida laboral están diseñadas de alguna manera para protegerlos y proteger a la comunidad laboral. No critican la disciplina y los límites, más bien los acatan con sentido profesional y madurez emocional.

 

• Identifican personas que los inspiran a proceder en la forma correcta y que les sirven de modelos de conducta que los impulsan a crecer. La búsqueda de modelos de influencia positiva ayuda a eliminar la tendencia a la crítica.

 

• Son comprometidos, no son simples espectadores, actúan.

 

• Ante el fracaso no se detienen a buscar culpables ni a lamentarse, asumen su propia responsabilidad y aprenden de sus errores.

 

• Asumen retos y se adaptan a los cambios.

 

• No se quedan atrapados en el problema, buscan soluciones.

 

 

Existen varios apoyos para desarrollar la resiliencia, voy a mencionar tres de ellos: 

 

 

1) La introspección: 

 

La capacidad de mirarse hacia el interior, de observar los propios estados de ánimo y conductas para reflexionar acerca de ellas y modificarlas si es necesario. 

 

 

2) La capacidad de relacionarse con los demás: 

 

Desarrollar la habilidad para establecer lazos con otras personas; el ser humano tiene necesidad de afecto y de brindarse a los demás; si bien hay momentos en donde buscan aislarse de manera consciente  por motivos trascendentales o de recapacitación, las personas que están permanentemente aisladas emocionalmente o retraídas socialmente pierden la capacidad de pedir o recibir ayuda de los demás lo que impide la capacidad de desarrollar resiliencia, les cuesta más “volver a intentarlo”. 

 

 

3) El humor:

La película “La Vida es Bella” es un buen ejemplo de cómo el buen humor ayuda a alivianar los momentos de crisis. No hay que confundir el humor con la comicidad irrespetuosa e inmadura. El humor contiene optimismo y alegría y es un mecanismo de defensa que permite sacarnos del drama ocasionado por las dificultades. 

 

Músculos emocionales

Es conveniente que en las organizaciones se fortalezcan los “músculos emocionales” tanto los nuestros como los de nuestros colaboradores porque las caídas y los golpes vendrán, es parte de la vida y es un proceso natural. Podemos ayudarlos para que desarrollen esta capacidad por medio de las siguientes estrategias:

 

•  Fortalecer los vínculos, detectar y eliminar los aspectos que generen desunión y fomentar los que generen compañerismo y unión. (Por ejemplo, reuniones, celebración de fechas especiales).

 

•  Establecer límites razonables, la disciplina ayuda a que los colaboradores se sientan apreciados y protegidos. Los límites deben ser comunicados en forma muy clara.

 

•  Fortalecer la comunicación, las habilidades sociales y la empatía, no solo decir lo que se puede hacer sino practicarlo (por ejemplo, talleres de capacitación, tratar un tema determinado en forma grupal).

 

•  Promover la participación de los colaboradores a través de sugerencias e ideas.

 

•  Promover la proactividad, la iniciativa.

 

•  Motivar, agradecer, reconocer, resaltar las habilidades y los logros.

 

•  Dejar de ser el jefe ausente ya que podemos estar “ausentes” aunque estemos todo el día en el trabajo. Hay que ayudarlos a desarrollarse como personas, interesarse por ellos, conversar con ellos, necesitan saber que cuentan con nosotros.

 

Termino mencionando que la masa de pan también nos muestra su resiliencia, cuando hundimos el dedo en ella dejamos un agujero profundo, pero poco a poco se va cerrando, dejando al final solo una leve huella. Igual sucede con las personas, los acontecimientos traumáticos pueden dejar un rastro, pero eso no impedirá necesariamente seguir adelante y progresar. 

 

El potencial del ser humano es fabuloso, nuestra propia naturaleza nos ha equipado para levantarnos después de un quiebre y es necesario reiterar que son necesarios para crecer en la medida que no nos concentremos en el problema sino en la oportunidad generada. Aunque suene utópico, siempre podemos encontrar una oportunidad. 

 

Autor: Miembro de la International Coach Federation – ICF, Instructor Licenciado de Brain Gym

 

 

 

 

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